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no es necesario titular

jueves, 26 de abril de 2007

Salimos por la puerta de entrada casi en un gesto provocador al sistema, tratamos de buscar algúnos grados celsius de más para capear lo que hasta ese momento era una realidad. Llegó el invierno (aunque los estúpidos meteorólogos se sigan rigiendo por el mismo añejo sistema de hace veintemil años atrás y no tomen en cuenta MI escala climática).


-Hace frío..no?
- sí. Un poco.

Hay tanta historia en esos pasos, hay tanto que preguntar sobre tiempos que se nos fueron de las manos y que nos enemistaron. Tantas decisiones que se tomaron sin llegar a buen puerto.



-Quiero fuego, pero no encuentro na en esta cartera
-...mmm...fumar hace mal
-..si sé... (enciende el cigarrillo)


Es curioso, uno no corta relaciones con las personas cuando se enoja con ellas. A la larga uno sigue pensando una y otra vez en ellas para bien o para mal. El recuerdo sigue; lo que pasa es que dejas de saber qué ropa le gusta, o qué música está escuchando, qué comida detesta ahora que no detestaba antes, o qué color de ropa usa ahora que usaba antes, o cómo la maña de hoy la afectó al despertar. Dejas de saber cómo está creciendo. Dejas de conocerla.

Por eso es tan feliz la sensación de recuperar personas, porque uno ha vivido la angustia de dejar de conocer.

-Uuhhh, un estacionamiento
-("recién te das cuenta" pensó ella, lo sé porque conozco esa mirada)...sí po un estacionamiento.
-Podríamos sacar una foto (mientras ella está ya con la cámara en la mano)


Y pensar que todo este sentimiento de entretención lo perdí por tanto tiempo, pensar que todo esto ella lo perdió por tanto tiempo. El tiempo.

El tiempo ayuda a ver porqué las demás personas te pudieron detestar en algún momento de la vida. El tiempo te hace estar seguro de no cometer los mismos errores del pasado. El tiempo...el tiempo es de cada uno de nosotros y hacemos lo que podemos por perderlo. (el tiempo pasa y voy a llegar tarde mañana!!! ) El tiempo al fin y al cabo y por muy cliché que suene, ayuda a ser mejor persona.

-Nunca me había sacado fotos en un estacionamiento...(puedes ver esa cara des-entrompada que esboza su sonrisa, la misma sonrisa de todas las fotos, casi una niña jugando con su enoooooorme juguete que era el estacionamiento)

Conocer, desconocer y reconocer a las personas es un proceso tan bonito. Conoces una vez, te sientes contento, crees que nada afectará tu nuevo "descubrimiento" hasta que desconoces. Ahí es donde se acabó todo. Sólo reconoces cuando has perdido. Y cuando reconoces, sabes que es un buen camino.

- ehh... se acabaron las pilas....¬¬

Nada es perfecto...

Somos tontos...no pesados

viernes, 20 de abril de 2007

Actualmente estoy trabajando en la transmisión de conocimientos a personas es decir, yo capacito personas. Y en esta tarea, me he dado cuenta de la tremenda y grata oportunidad que tengo de conocer distintas realidades y distintos estilos de vida que de otra manera no conocería. Por supuesto, esto ha servido además, para darme cuenta que mi paciencia sí existe y que debo mejorar mi capacidad de expresión para hacer que más gente pueda entender las cosas que yo digo.

Aun a pesar de todos mis pensamientos positivos, suelo caer en la pérdida de mi paciencia cuando frente a mi tengo personas que me preguntan cosas que yo expliqué hace menos de cinco minutos y es tan extraño sentirse "no escuchado". Es tan curioso sentir que uno es invisible y un poco fantasmagórico porque, al fin pueden ocurrir cuatro cosas:


1º Yo no soy capaz de generar atención y menos capaz de transmitir conocimientos.

2º La gente realmente no está dispuesta a recibir atención.

3º La gente no tiene la capacidad de recibir instrucciones.

4º Un poco de todas.

Cuando llego a pensar que la gente en realidad no es capaz de recibir instrucciones, caigo en la cuenta de que comienzo a juzgar su inteligencia sin siquiera conocerlos a cabalidad. Evidentemente, si me pusiera a conocerlos a todos, no podría cumplir con el programa. Ahí entonces es cuando empiezo a conocerlos y a saber un poco más de ellos, para intentar llegar a sus mentes desde el puntode vista que ellos mejor puedan entenderme y como si fuera hoy, recuerdo las palabras sabias de un hombre que sabe mucho y que fue mi profesor en cuarto medio, ese hombre se llama Oscar Gajardo y me dio a conocer en esa época un texto que hablaba de las ocho inteligencias de Gardner.


Y ahora es cuando, en vista de mis problemas para llevar una clase, echo mano de los conocimientos de ese caballero.



Según Howard Gardner, la inteligencia es "capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas".

Una Capacidad. Cuando hablamos de capacidad, inherentemente estamos hablando de algo que puede desarrollarse con cierto grado de trabajo y no como algo que "te pertenece o no te pertenece" (independientemente de no negar un componente genético)

Si nos apegamos a este autor, podremos encontrar respuestas acerca de porqué por ejemplo personas como Diego Maradona nunca en su vida ha triunfado como técnico a pesar de ser un futbolista extraordinario. Podemos entender entonces, que personas que han tienen una memoria privilegiada para detalles tan nimios, no puedan ser capaces de entender la función SI del excel es una función lógica asociada a dos valores.

Este caballero postula que existen al menos ocho tipos de inteligencias:

Lógica, Lingüística, Espacial, Musical, Corporal - kinestésica, Intrapersonal, Interpersonaly Naturalista.

Desde este punto de vista, yo podría ser tan inteligente como un médico por ejemplo, aun cuando sea incapaz de resolver problemas asociados con temas sanguíneos. O podría ser tan inteligente como un arquitecto, aunque no tenga la capacidad de imaginar espacios.
Es decir, este caballero nos da la respuesta a todos aquellos que intentamos saber como alguien tan tremendamente "inteligente" puede cometer acciones tan "estúpidas"... inteligencias distintas, nada más que eso.

Eso que le llamamos confianza.(momento-reacción)

jueves, 19 de abril de 2007



Eso que nos motiva a ser protagonistas de nuestros propios guiones.

Aun no conozco a nadie que no le guste sentirse parte de una película. Esta bien, pueden decir que somos soñadores, pueden decir que la vida hay que vivirla, pero lo claro es que cuando llega el momento de querer sentirse como ese personaje que admiramos no hay vuelta, siempre caemos, siempre caigo.

Lo se, últimamente he estado completamente automático, sólo por miedo a querer decidir qué hacer con mi propia existencia. Eso ha facilitado que tome malas decisiones, que no haga lo que quiero hacer, que me sienta pasado a llevar por mi propio alter ego.

Sin embargo, siempre hay una situación de quiebre, esa situación en la que sabes que nada te detiene, esa situación que cambiará tu vida para siempre y que se viene gestando desde hace algun momento que no alcanzas a definir con total claridad, pero que sabes que está ahí. Es el momento de pensar y la reacción, cuando ese momento se hace realidad.


Es como cuando Michael tiene que matar a Sollozo y a McCluskey. De alguna manera, Michael sabe que su destino ha cambiado para siempre. Se tiene que ir de NY y exiliarse. Tiene que dejar de lado el tener una vida "limpia" y entrar a la mafia, tal como su padre. Es su destino y no puede evitarlo, por más que lo intente desviar en el camino.


Por supuesto podemos estar en desacuerdo, pero para mí, el momento que generará esa reacción, es cuando está en el hospital, se da cuenta que es más inteligente que su termocéfalo hermano y rescata a su padre de una potencial muerte.


Para mi, en ese momento se da cuenta que su vida no puede ser otra que entrar a la mafia, lo cual cae por su propio peso cuando mata a Sollozo y a McCluskey

Mi momento y la reacción se dieron en mi en marzo.


Hace tanto tiempo que he sido un sujeto sin mucha decisión y siempre tratando de luchar contra mi naturaleza de sujeto "fuerte". Si todo el mundo me ha visto como una persona seria e infranqueable desde que tengo tan pocos años, porque me empeño en mostrar una personalidad afable y amena, cuando en realidad dentro de mi ser tengo que ser un sujeto de más autoridad con el entorno.


Fue entonces cuando comprendí que no tengo que seguir intentando agradar a personas que no quieren ser agradadas, cuando comprendí que no nací para hacer sentir bien a la gente. (momento)

Entonces, aun cuando no tenía nada que ganar, aun cuando no tenía nada que perder…aun cuando no tenía nada en lo absoluto, un cierto sentimiento se apoderó de mi hasta la saciedad, diría que fue precisamente la saciedad la que me llevó a cambiar parte de mi comportamiento, a dejar atrás todo mi caparazón. (reacción)


¡Por favor! No me creo Michael, bajo ningún término. Tampoco me he vuelto tan fanático como para llegar disfrazado a una premier… pero lo que sí se, es que ese personaje (porque aun recuerdo que es FICTICIO) caló hondo en cómo ver la vida misma. En primer lugar, porque él era un sujeto medio pavo, medio “mamón”, correctito siempre y muy inteligente, que cuando tuvo que probar su valía, pues lo hizo y ya!, sin mayores dificultades. De alguna forma, siempre supo que iba a tener que probar su valía y finalmente lo logró, lo hizo. Finalmente no arrancó de su destino y supo que sólo él podía hacerlo.


Él se llenó de confianza.

Bienvenido a mi mismo

miércoles, 18 de abril de 2007

El nombre de un algo es tan importante.

Actualmente, tuve que esforzarme al máximo para poder nombrar a este blog (cosa que no tenía pensado hacer, pero que va, a veces es bueno hacer ese tipo de acciones impulsivas) y logré hacer un buen nombre, o al menos alguno que me dejara tranquilo conmigo mismo, lo que no es poco decir.

"Recordando uno sigo tras la vida" no es otra cosa que el desorden de todas las letras que conforman mi nombre y que logran darle ahora un título a esta cosa.

El nombre de las cosas ha sido para mi un tema importante a lo largo de la vida. Existe una fijación mental con todo aquello a lo cual debo nombrar. Desde nombres de personas sobre los cuales suelo opinar "no te podí llamar así" hasta la vieja/nueva costumbre de nombrar todo aquello con lo cual estoy tratando.

De esa misma forma objetos tan normales como un bajo, amplificadores, guitarras, pendrivers y cables, adquieren de mi persona y personas que me rodean nombres propios. Esto ha traido como consecuencia que esos objetos pasen a ser parte "de la familia" y que amigos puedan escuchar hablar de Mel, Sergio, Titanic, Esmeralda, Teresa, Carlita, chilipeper, NextorIsela, Ludovica y una larga lista de etc.

Aun así, con esa "facilidad" para nombrar todo aquello que veo, estoy atravezando una especie de crisis que no me deja disfrutar tranquilo las cosas que debo disfrutar. Mi banda, o mejor dicho, la banda que comparto con tres amigos (que importante es poder decir eso y sentirlo de verdad) no tiene hasta ahora un nombre. Y me atormenta un poco...un poco harto.

El nombre de una banda es el gentilicio de ellos mismos. Es aquello que nos define frente al mundo, es la tarjeta de presentación para el resto de los mortales y nosotros...aun no tenemos eso.

Muchos me han dicho "deja que salga natural" pero realmente estoy molesto, estoy molesto de esperar, quiero resultados ahora y nuestra mente no afloja, nuestra mente no nos deja bautizarnos.

¿Cuánto tiempo más pasará antes de ver esto y reirme?

Estamos pensando en que será poco.